Según el Índice de Transformación de Bertelsmann 2024, publicado por el instituto de investigación alemán Bertelsmann Stiftung, Corea del Norte ocupa el puesto 131 de 137 países en términos de transformación democrática y de economía de mercado, superando únicamente a Sudán, Myanmar, Somalia, Eritrea, Siria y Yemen. El informe destaca la falta de reformas orientadas al mercado o liberalización en Corea del Norte. Expertos como Marcus Noland han advertido sobre los esfuerzos del gobierno por mantener el control sobre el sistema de mercados del país. Sin embargo, desarrollos recientes sugieren un cambio en el enfoque. Con el COVID-19 ahora clasificado como endémico por las autoridades norcoreanas, la situación de los mercados ha evolucionado. Fuentes de Daily NK informan que, aunque los mercados siguen regulados en varias regiones, las autoridades parecen enfocarse en estimulándolos en lugar de cerrarlos, probablemente como medio para recaudar fondos.
Por ejemplo, en enero, algunas áreas implementaron una política que limitaba el funcionamiento de los mercados a solo 15 días al mes. Sin embargo, esta medida no se ha aplicado de manera uniforme en todo el país. Muchas regiones, incluyendo Pyongyang, continúan operando sin tales restricciones, lo que indica un enfoque matizado en la gestión de mercados. En Pyongyang, los mercados siguen siendo el núcleo de la actividad económica tanto oficial como no oficial. Informes recientes sugieren un aumento en su importancia, con funcionarios intensificando los esfuerzos para recaudar fondos gubernamentales a través de tasas de mercado, que efectivamente funcionan como impuestos.
Las autoridades en algunas áreas parecen estar easing las restricciones sobre los vendedores ambulantes. Por ejemplo, se levantó una prohibición de ventas en la calle a mediados de febrero. Los vendedores generalmente son dejados tranquilos siempre que eviten vender artículos prohibidos, lo que ha llevado a un aumento notable de vendedores ambulantes en calles adyacentes a mercados y en esquinas populares en varias partes de Corea del Norte. Este cambio de política parece surgir de la realización de que incluso los vendedores ambulantes pueden contribuir a las arcas del gobierno, sugiriendo que la estrategia implica relajar restricciones para permitir la recaudación de tasas de mercado de estos vendedores, en lugar de prohibir su actividad.
Estas medidas probablemente reflejan las preocupaciones del líder norcoreano Kim Jong Un sobre la economía rezagada de la región. Una fuente declaró que “el comité del partido ordenó la relajación de los controles sobre las ventas callejeras en respuesta al creciente número de familias que enfrentan inseguridad alimentaria y financiera en las provincias”. Este enfoque representa un cambio matizado en la gestión económica de Corea del Norte, indicando una posible adaptación pragmática a las realidades económicas mientras se mantiene el control estatal.
Además, las autoridades norcoreanas han comenzado a procesar solicitudes para el registro de puestos de mercado y tiendas comerciales a nivel nacional. Los futuros dueños de negocios deben presentar tarifas de solicitud y registro, junto con planes de negocio detallados que describan sus productos o servicios previstos. Esto viene acompañado de la promesa de poder operar negocios más grandes, siempre que continúen pagando las tarifas necesarias. La información sobre este proceso ha sido difundida a través de comités de la gente de ciudades y condados, oficinas de vecindario y la Unión de Mujeres Socialistas de Corea.
Si bien la renovación anual de registros para puestos de mercado y tiendas comerciales se realiza típicamente en marzo o abril, la emisión de nuevos permisos para puestos o tiendas marca un alejamiento de la práctica habitual. Este movimiento inusual ha suscitado escepticismo entre muchos norcoreanos, que en lugar de ver esto como un intento de mejorar las condiciones económicas a través de oportunidades de negocio ampliadas, lo perciben como un esfuerzo encubierto para generar fondos adicionales para la construcción de fábricas regionales.
La sensación predominante es que las autoridades buscan extraer tarifas e impuestos de estos puestos y tiendas recién aprobados. Esta iniciativa parece alinearse con la política de desarrollo regional 20×10, un programa emblemático introducido por Kim Jong Un. La estrategia sugiere un enfoque proactivo por parte de las autoridades norcoreanas para utilizar los mercados como una herramienta generadora de ingresos para iniciativas gubernamentales.
Sin embargo, incorporar los mercados en la economía estatal todavía parece estar lejos. Los funcionarios norcoreanos no creen que el gobierno tenga suficientes fondos para producir, distribuir y vender productos de manera efectiva. Incluso las tiendas de granos estatales no tienen suficiente producto en stock para durar un mes, ya que su inventario a menudo dura solo dos días, o cuatro días en el mejor de los casos.
Evaluar la situación de los mercados en Corea del Norte presenta varios desafíos. Dado que las políticas de mercado están sujetas a variaciones regionales y actualizaciones periódicas, es esencial una revisión sistemática y regular de estos cambios. Una evaluación integral de la política de gestión de mercados de las autoridades norcoreanas requiere un análisis cuidadoso de varios factores: cambios en los horarios de mercado y su correlación con la política gubernamental, actualizaciones en listas de artículos prohibidos, ajustes en las tarifas de mercado y modificaciones a las regulaciones operativas de mercados.
Además, a medida que las autoridades norcoreanas intentan aumentar el papel de la economía estatal en los mercados, es crucial investigar las tendencias en la producción y distribución de bienes de mercado. Estos datos, combinados con la investigación sobre la extensión de la nacionalización entre los productores de bienes, podrían proporcionar valiosos conocimientos sobre las proporciones relativas de actividad económica privada y pública en Corea del Norte.
Desde la perspectiva de los ciudadanos norcoreanos, desarrollar una estrategia para revitalizar los mercados es vital. Aunque los mercados continúan desempeñando un papel crucial en la satisfacción de las necesidades básicas, han perdido gran parte de su vitalidad anterior a la pandemia. Analizar los factores detrás de esta contracción del mercado y colaborar con los norcoreanos para encontrar soluciones es imperativo.
En última instancia, nuestro objetivo debería ser permitir que los norcoreanos lleven vidas dignas y estables económicamente. Esto requiere una comprensión matizada de la compleja dinámica de los mercados del país y un compromiso para desarrollar estrategias que puedan mejorar las condiciones económicas dentro de las limitaciones del sistema actual. A medida que avanzamos, este enfoque en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos norcoreanos a través de la revitalización del mercado y el desarrollo económico permanece como la prioridad.