La visita del Primer Ministro indio Narendra Modi a Rusia, y la promesa de una mayor colaboración y comercio, fue un recordatorio significativo de la importancia de India, no solo para Rusia y el presidente Vladimir Putin, quien recibió a Modi con calidez, sino como un contrapeso a China y un punto de referencia para Occidente en la región. Modi es consciente del poder de apalancamiento relativamente único de India. Las implicaciones de estos acuerdos son enormes. Atacan las ambiciones de China en la región y la autonomía estratégica de Rusia. En última instancia, India es la principal beneficiaria de esto, ya que tiene la capacidad de alejar a Rusia de Pekín, algo que Moscú está sin duda ansioso por hacer. Además, India probablemente no enfrentará desafíos por parte de sus socios occidentales.
Si bien los acuerdos económicos entre India y Rusia pueden parecer más pequeños que los de otros socios, la verdadera significancia radica en el impacto que tendrán en la asociación sino-rusa y en los objetivos más amplios de China. Los orígenes de la política exterior de India radican en el compromiso de Modi con la autonomía. A pesar del contratiempo de unos resultados electorales comparativamente pobres este año, ha logrado moldear la política exterior de India para que se ajuste a su gran misión nacionalista. Ha adoptado una línea similar a la de China respecto a la guerra de Rusia en Ucrania: India ha pedido resoluciones pacíficas al tiempo que incrementa la cooperación económica con Rusia.
India es el segundo mayor importador de petróleo ruso detrás de China. Nueva Delhi ha ganado dinero al refinar petróleo ruso y exportarlo internacionalmente. El partido de Modi, el Bharatiya Janata Party (BJP), también ha mantenido capital político porque los ahorros en el petróleo ruso más barato han mantenido bajos los precios de combustible en India. De esta manera, Modi ha capitalizado políticamente la guerra. India ayuda a la evasión de sanciones internacionales por parte de Rusia al permitir que Moscú pague con su propia moneda nacional por el comercio con India.
El propósito de la política exterior multialineada de Modi es que pueda obtener ganancias de una Rusia desesperada e aislada, convirtiéndose así en un socio estratégico importante para Occidente y una preocupación para China. Sin embargo, Modi ha asegurado que India esté muy bien integrada con Occidente en términos económicos y de seguridad. Según la Comisión Europea, la UE es el mayor socio comercial de India, representando el 12.2 por ciento del comercio total de India. Según el Departamento de Comercio indio, la UE constituye una de las principales fuentes de inversión extranjera directa en India, valoradas en casi 108 mil millones de dólares para diciembre de 2023.
La UE no es la única que se vuelve hacia India para contrarrestar la dependencia económica de China. El Representante de Comercio de EE. UU. declaró que, en el año entre 2021 y 2022, la inversión extranjera directa de EE. UU. en India aumentó en 15 a 1, con un comercio que totalizó casi 200 mil millones de dólares en 2022, donde India exportó mucho más de lo que EE. UU. lo hizo. Gran parte del éxito de India radica en su estatus como una democracia liberal en una región autoritaria. El impacto del des-riesgo y el desacoplamiento de estados autoritarios como China y Rusia ha sido positivo para India. Por ejemplo, a partir de 2023, Apple produce uno de cada siete de sus teléfonos en India, y la fabricación tecnológica en India ha crecido alrededor de 70 mil millones de dólares desde 2016.
Las relaciones económicas de India con Rusia no son las mismas que sus vínculos con Occidente, pero siguen siendo importantes. India tiene socios increíblemente diversos en diferentes industrias. A pesar de la relación cercana con la producción de defensa rusa, la cooperación con EE. UU. resulta más atractiva para desarrollar sus propios sistemas en respuesta a una China agresiva. Sin embargo, el equilibrio de India en sus relaciones no siempre ha funcionado sin problemas.
India sufrió un golpe en febrero de 2024 cuando una de sus empresas fue incluida en una serie de sanciones debido a su estrecha relación con Rusia. Al final, India ha logrado beneficios debido a su relación con Rusia, pero Moscú no será el medio a través del cual Modi implemente su visión económica y política. India necesita a Occidente para ello. Incluso en un área tan vital como los armamentos, India ha conseguido diversificar. Históricamente, Rusia estuvo bien integrada en la formación y suministro del ejército indio, en un punto representando casi la totalidad de las importaciones militares.
Sin embargo, India no carece de alternativas para amigos y aliados ricos; Rusia sí. La preocupación común por China es evidente. Rusia no puede reemplazar a China con India, y la cumbre reciente no fue un intento de hacerlo. Por ejemplo, el objetivo de comercio bilateral de 100 mil millones de dólares establecido por Modi y Putin para 2030 sería menos de la mitad del valor del comercio sino-ruso en 2023. Lo que India ha hecho por Rusia es proporcionar algo de respiro.
China está superando a Rusia en regiones donde antes existía un balance más amigable, lo que afecta la autonomía estratégica de Rusia. Esto podría ser tratado mediante una mayor cooperación económica con India. En una declaración conjunta, una característica significativa de los planes acordados fue la interacción ministerial y la negociación de un libre comercio entre ambos estados, así como permitir el comercio en sus propias monedas nacionales. Esto puede fortalecer el rublo y reducir la dependencia del yuan chino para el comercio transfronterizo, algo cuyo discusión se había suspendido anteriormente. Esto podría afectar negativamente al esfuerzo concertado de China por ofrecer el yuan como un competidor significativo del dólar estadounidense.
Nada de esto es explícitamente anti-China, pero Rusia está tomando medidas claras para reducir su dependencia de Pekín, tanto económica como políticamente. Las disputas económicas y territoriales entre India y China no pueden ser resueltas por Rusia, que ya no tiene ese nivel de influencia. Los acuerdos Modi-Putin, aunque no comparables en escala con el comercio sino-ruso, refuerzan dos puntos críticos. Primero, el éxito de las múltiples alianzas de Modi, que le han permitido diversificar partners, proveedores y compradores eficazmente. Segundo, cuánto de esto no alinea con las esperanzas de China. La inquietud de Moscú respecto a su dependencia de Pekín es real. Aunque no está ajena a la influencia y el capital provenientes de Beijing, Rusia ha demostrado la capacidad y el deseo de trabajar con un estado— India—que no está del lado de China.
A medida que India se integre cada vez más en la órbita de la asociación sino-rusa, es incierto cómo podrían cambiar las dinámicas entre Moscú y Pekín. Sin embargo, una cosa es clara: probablemente no será lo que Beijing desea.
