Los investigadores de Wageningen, Tessy Hick y Gorben Pijlman, han revelado que las vacunas de ARN mensajero (ARNm) de auto-amplificación podrían formar conexiones no deseadas con otros virus, aunque los peligros asociados son considerados insignificantes. Estas nuevas vacunas de ARNm no contienen fragmentos virales, sino códigos de instrucciones que permiten a las células del cuerpo producir partes del virus, lo que estimula la respuesta del sistema inmunológico. Un ejemplo conocido de este tipo de vacuna es la de Pfizer contra el coronavirus.
Las vacunas de ARNm de auto-amplificación (SAM) representan una evolución en la tecnología de las vacunas, ya que no solo generan el código para la proteína que activa el sistema inmunológico, sino que también producen el mecanismo necesario para elaborar más copias de estas proteínas, mejorando así la eficiencia de la respuesta inmune. La reciente investigación publicada en la revista Molecular Therapy se centra en estos nuevos tipos de vacunas.
Para determinar la seguridad de las vacunas SAM, los científicos realizaron experimentos que exploraron si los códigos genéticos de estas vacunas podrían recombinarse con virus en circulación, lo que planteaba interrogantes sobre posibles riesgos para la salud y el medio ambiente. Según Pijlman, aunque los experimentos mostraron que las vacunas pueden recombinarse con virus en condiciones de laboratorio, tales híbridos no fueron detectados en modelos animales, lo que sugiere que estas vacunas son más seguras de lo que podría parecer a primera vista. Estos hallazgos son cruciales para la autorización de las nuevas vacunas de SAM y las terapias génicas.