El uso de hielo en los Juegos Olímpicos de verano ha alcanzado “niveles extraordinarios”, pero gran parte de esto no se basa en evidencias, y la cantidad de energía y agua necesaria para producir, almacenar y transportar el hielo no es beneficiosa para el planeta, además de su costo, argumentan un grupo de investigadores internacionales en un artículo de opinión publicado en línea en el British Journal of Sports Medicine.
Durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, se entregaron alrededor de 22 toneladas de hielo a los lugares de competición para fines médicos. Otras 42 toneladas se proporcionaron a las residencias de la Villa Olímpica, en parte a través de máquinas de distribución de hielo. Sin embargo, los investigadores señalan que no se conoce cuántas toneladas se utilizaron realmente y cuántas se desperdiciaron.
Para los Juegos de París 2024, la demanda es significativamente mayor. “La primera estimación realizada por París 2024, basada en las solicitudes iniciales presentadas por las Federaciones Internacionales, fue de 1,624 toneladas de hielo, a un costo de 2,5 millones de euros. Ningún proveedor independiente pudo cumplir con la licitación pública. Posteriormente, esta estimación se redujo a 650 toneladas (450 para los Juegos Olímpicos y 200 para los Paralímpicos)”, explican.
La crioterapia (tratamiento con hielo) en forma de bolsas de hielo, bombas de compresión, baños de hielo e inmersión en agua fría se utiliza ampliamente por los atletas y sus equipos de apoyo para gestionar lesiones y enfermedades, así como para acelerar la recuperación. Sin embargo, los investigadores advierten que, aparte de los desafíos logísticos relacionados con la producción, transporte y almacenamiento, el uso de hielo a menudo se basa en beneficios que no están respaldados por evidencia. Más importante aún, el hielo podría tener el efecto opuesto al esperado, como la regeneración tardía del tejido o la recuperación comprometida.
Por ejemplo, análisis de datos acumulados demuestran que la inmersión en agua fría es mejor para la potencia muscular y la percepción de recuperación que la recuperación activa, el masaje o los baños de contraste (agua caliente seguida de agua fría). Sin embargo, estudios recientes informan que el enfriamiento disminuye las adaptaciones de fuerza a largo plazo y puede perjudicar el rendimiento después del ejercicio.
La inmersión en agua fría es efectiva para el alivio rápido de la agotamiento por calor tras el ejercicio en temperaturas calurosas, el alivio del dolor muscular después de un ejercicio prolongado en temperaturas normales, y es útil si se anticipa dolor muscular tras varios días de entrenamiento. Sin embargo, no debe utilizarse para la recuperación entre sesiones consecutivas de entrenamiento de alta intensidad, ni para la recuperación inmediata o a largo plazo después del ejercicio de resistencia.
El uso de hielo representó alrededor del 10% de los tratamientos prescritos por fisioterapeutas en las policlínicas olímpicas en Atenas 2004 y Londres 2012, aumentando al 44% en Río 2016, principalmente por motivos de recuperación (98%), con el resto correspondiente a lesiones.
El hielo también se recomienda comúnmente para el tratamiento de lesiones, en particular de tejidos blandos. Sin embargo, los investigadores señalan que hay poca evidencia actual que respalde este enfoque.
Concluyen que “el uso de hielo en los Juegos Olímpicos de verano ha alcanzado niveles extraordinarios, lo que podría estar estresando los recursos locales y regionales. La comunidad de medicina del deporte y el ejercicio necesita mejores datos sobre la cantidad real de hielo consumido en eventos deportivos importantes, para qué propósitos y a qué costos financieros y ambientales”.
“Al planificar la provisión de hielo, los organizadores deberían esforzarse por minimizar el uso de prácticas no basadas en evidencia y promover una mejor sostenibilidad. No obstante, el hielo debe permanecer disponible para ciertas situaciones, incluidos el alivio agudo del dolor, necesidades de recuperación específicas y el manejo del golpe de calor por exertión.”