Wednesday, October 30, 2024
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No somos los únicos: Otros animales transforman sus hábitos sociales en la vejez.

Walnut nació el 3 de junio de 1995 en la isla Rum, la más grande de las Pequeñas Islas frente a la costa oeste de Escocia. Desde 1974, los investigadores han registrado los nacimientos de ciervos rojos como Walnut, y han capturado, pesado y marcado casi el 90% de las crías. En la cabaña de Kilmory, donde los investigadores trabajan, no se ha cazado desde el inicio del proyecto, lo que permitió que los ciervos se habituaran a la presencia humana. Walnut era una presencia constante, pastando junto a sus hermanas y sus familias.

Crió 14 crías, la última en 2013, cuando tenía 18 años. En sus años finales, Walnut pasaba la mayor parte del tiempo alejada de la manada, junto a Vanity, otra hembra de la misma edad que nunca había tenido crías. Después de que Walnut falleció en octubre de 2016 a la edad de 21 años, Vanity pasó gran parte de su tiempo sola, falleciendo dos años después a los 23.

El ecólogo Gregory Albery, quien estudió a los ciervos en la isla durante su doctorado, señala que este cambio en la vida social es común en las hembras mayores. A medida que las ciervas envejecen, tienden a ser observadas en compañía de menos individuos. Albery señala que la pregunta más difícil es entender los motivos detrás de esta tendencia. Los investigadores han rastreado a los ciervos a lo largo del tiempo, contabilizando sus interacciones sociales ente otras cosas.

Los resultados mostraron que a medida que los ciervos envejecen, efectivamente sus conexiones sociales disminuyen. Sin embargo, aunque los ciervos mayores hayan perdido amigos, tienden a asociarse más con otros. Es posible que no se muevan tanto debido a un cambio en sus preferencias alimenticias o hábitos de forrajeo. A medida que envejecen, los ciervos reducen el tamaño de su área de rango, asociándose menos con otros. En lugar de buscar los mejores pastos, pueden estar eligiendo áreas donde pueden alimentarse más fácilmente, especialmente cuando sus dientes son demasiado desgastados para pastar la hierba corta.

Además, en la isla, los parásitos intestinales son comunes entre los ciervos. Aunque no se infectan a través del contacto directo, estar en el mismo lugar aumenta el riesgo de ingerir huevos o larvas. Los ciervos jóvenes necesitan socializar para hacer amigos, pero los ciervos mayores pueden considerar que el riesgo de enfermedad ya no vale la pena. Los estudios sugieren que el sistema inmunológico de los ciervos envejecidos es menos eficaz para suprimir infecciones, lo que podría hacerlos más vulnerables a enfermedades.

M Antonio
M Antoniohttps://tipblogg.com
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