En la madrugada del sábado, a la 1:45 am hora local, un cohete Falcon 9 despegó hacia la órbita desde su sitio de lanzamiento en el Centro Espacial Kennedy en Florida. Este lanzamiento fue considerado rutinario, ya que representa el 73º lanzamiento de SpaceX durante este año. La misión “Starlink 10-9” llevó al espacio 23 satélites de internet de banda ancha. Sin embargo, tras una falla poco común ocurrida hace apenas 15 días, este Falcon 9 estaba intentando volver a volar y reincorporar a la flota al cohete más activo del mundo.
La primera etapa del cohete, B-1069, realizó su decimoséptimo vuelo antes de aterrizar en el barco drone Just Read the Instructions en el océano Atlántico. Más de una hora después del lanzamiento, la segunda etapa liberó su carga en una buena órbita, desde la cual los satélites Starlink usarán sus propulsores para alcanzar altitudes operativas en las próximas semanas. La falla ocurrió durante un lanzamiento de Starlink desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California, el 11 de julio, donde se observó una inusual acumulación de hielo en el motor Merlin de la segunda etapa unos minutos después de la separación de etapas.
SpaceX determinó que la causa de la fuga de oxígeno líquido que provocó el problema fue una grieta en una “línea de referencia” de un sensor de presión del sistema de oxígeno líquido del cohete. La compañía notificó que esta línea fallida es redundante y no está vinculada al sistema de seguridad de vuelo, ya que puede ser cubierta por otros sensores presentes en el motor. La línea de referencia se eliminará de los motores de la segunda etapa para futuros lanzamientos de Falcon 9.
SpaceX pudo identificar la causa de la falla rápidamente y trabajó con la Administración Federal de Aviación para una resolución rápida. La compañía recibió permiso para volver a volar antes del lanzamiento del sábado. La brevedad del tiempo entre la falla y el retorno a vuelo parece ser sin precedentes en la historia de la astronáutica.
SpaceX planea lanzar dos más misiones de Starlink durante este fin de semana, una desde la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral y otra desde Vandenberg. Además, tiene tres misiones adicionales antes de un vuelo crítico de astronautas para la NASA, Crew-9, que podría ocurrir tan pronto como el 18 de agosto. La NASA participó en la investigación de la falla de la segunda etapa, elogiando a SpaceX por identificar rápidamente la causa y asegurarse de que no hubiera otros sensores que pudieran causar problemas similares.